Con 1.244 islas como tiene Croacia, resulta muy complicado visitar una o varias si se recorre el país en un tiempo limitado. Como nuestra base de partida era Split, donde pasamos varios días en esta fabulosa ciudad de arquitectura romana, las dos mejores opciones para ir en ferry o en velero eran las islas mayores de Hvar y Brac. La más cercana a Split es esta última, ya que permite una fácil excursión marítima de ida y vuelta en el mismo día. Con un día en la isla de Brac vimos paisajes típicamente mediterráneos de canteras, viñedos y olivares, paseamos por pequeños pueblos bellamente cuidados, como Bol y Supetar, y nos bañamos en la que quizás es la playa más famosa de Croacia, Zlatni Rat.
Texto y fotos: José Carlos Pozo
Cuando nos preguntan por un país plagado de islas en el mar Mediterráneo, la mayoría responderá que ese lugar es Grecia. Y es verdad, con 6.000 islas el país heleno le gana a Croacia, pero en cuanto a la calidad turística el archipiélago croata no tiene nada que envidiar al griego, pese a que solo el 30% de sus islas están habitadas. Uno de los destinos isleños croatas más populares es Brac, situada justo enfrente de Split, la ciudad surgida del palacio romano de Diocleciano.
Cómo llegar a Brac
Del puerto de Split parten diariamente muchos ferris regulares, así como excursiones organizadas en yates, veleros y catamaranes. Lo más económico es tomar uno de los enormes ferries de la compañía croata Jadrolinija que conectan los puertos importantes, como el de Split o el de Dubrovnik, con las islas croatas o con la ciudad costera italiana de Ancona.
|
A nosotros nos gustó tanto el día en la isla de Brac que tomamos un ferry de vuelta más tardío de nuestra hora planificada originalmente, porque es muy positivo que los tickets del ferry no tengan una hora determinada (pero sí un día concreto de uso), sino que te embarcas de ida o vuelta cuando te apetece.
Cómo moverse por Brac
Aquellos que viajen por Croacia en su propio coche o alquilen uno en Split o en otra ciudad del país, tienen la posibilidad de embarcarlo en los ferries de Jadrolinija, cuyas bóvedas van cargadas de vehículos turísticos y también de minibuses y, por supuesto, de camiones y furgonetas que transportan todos los materiales y productos necesarios para los isleños.
Siendo la tercera isla más grande del mar Adriático y teniendo solo un día para visitar lo máximo posible, nosotros alquilamos un minibús para ocho personas. Llegamos en el ferry al pueblo de Supetar, donde iniciamos nuestro recorrido. Primero subimos hasta la colina de Vidova Gora para unas fotos ineludibles de la playa de Zlatni Rat, adonde continuamos para pasar todo el mediodía. Nuestra siguiente escala fue el pueblo de Bol para visitar una bodega de vinos locales. Finalmente, regresamos a Supetar para recorrerla tranquilamente a pie y luego tomar el ferry de vuelta a Split.
Entre Supetar y Bol, que están en los lados opuestos de la isla, se puede tomar también un autobús regular o cualquier taxi. De Bol a la famosa playa de Zlatni Rat hay dos kilómetros, que los puedes hacer a pie por medio de un paseo de árboles, o bien puedes tomar un tren turístico desde ese pueblo.
El pueblo de Supetar
La llegada en ferry al pueblo de Supetar es indescriptiblemente bella. Poco a poco veíamos en la lejanía un pequeño pueblo, pero conforme nos fuimos acercando comprobamos la armonía de su paisaje urbano de llamativos tejados rojos sobre casas levantadas de pulida y maciza piedra caliza. No en vano las canteras de esta isla han surtido de la piedra usada para levantar el palacio de Diocleciano de Split, al igual que otros monumentos del mundo como la Casa Blanca de Washington o el Reichstag de Berlin.
Supetar es un pequeño pueblo típicamente pesquero de Dalmacia, que se ha ido adaptando a la economía del turismo. Con la torre de la iglesia Sveti Petar como elemento más elevado, en Supetar todo gira alrededor de su puerto, donde se ubican las tiendas de ropa y de artesanía local, por supuesto con objetos hechos de piedra, los restaurantes y las cafeterías, en una de cuyas terrazas esperamos relajadamente nuestro ferry de vuelta a Split.
El mirador de Vidova Gora
Con sus 778 metros de altura, Vidova Gora es el pico más alto del archipiélago croata. Si se dispone de tiempo y de vehículo, es una visita imperdible. A nosotros el minibús nos bajó justo al lado de un montículo, que actúa de espectacular mirador y desde el cual divisamos la imponente isla vecina de Hvar. No obstante, lo que nos hizo soltar un “guauuu” de nuestras bocas fue gozar de una vista de pájaro de una especie de punta que sobresale de la playa que hay debajo. Es la archifamosa playa de Zlatni Rat.
La playa de Zlatni Rat
Zlati Rat, que se puede traducir como “Cuerno de oro”, es una playa que acaba en una punta prominente que se adentra 500 metros en el mar, por lo que tiene dos orillas. La forma de esta playa es curiosa y vista desde la lejanía su belleza es indiscutible. La forma de esta playa, que parece como si estuviera sacando la lengua, cambia constantemente su forma y dirección dependiendo de las corrientes marinas. Su indudable original la ha convertido en uno de los símbolos turísticos de Croacia.
Tampoco hay que minusvalorar la transparencia azulada de sus aguas, no tan frías como esperábamos, pero personalmente no la catalogaría como una de las mejores playas del mundo, como aparece en muchas guías, sencillamente porque no tiene arena, sino que es una playa de guijarros, de pequeñas piedrecitas blancas (bueno, es lo típico del litoral croata) que hacen muy incómodo tenderse a tomar el sol y entrar en el mar. Para prácticamente cualquier playa de Croacia es recomendable llevar siempre escarpines, que son zapatos ligeros cerrados, de neopreno o de otros materiales, que sirven para entrar y salir de los mares, ríos o lagos.
El pueblo de Bol
A pesar de que solo cuenta con 1.700 habitantes, Bol es un pueblo muy animado, lugar donde se alojan muchos de lo que pasan sus días de sol y playa en Zlatni Rat. Vimos que el pueblo está configurado de callejuelas que bajan por las laderas de la colina hacia el puerto, justo enfrente del párking que suelen usar los autobuses y otros vehículos turísticos que recalan aquí. A pesar de ser muy pequeño, cuenta con una iglesia, una capilla, un monasterio y un palacio de estilo veneciano convertido en galería de arte moderno.
En todo caso, a nosotros lo que más nos interesaba era visitar una de las bodegas locales de la isla de Brac, la de los vinos Stina, que tienen el sello de calidad premium del gobierno croata. Allí compramos algunas botellas de vino tino.
La vuelta a Split, que hicimos desde Supetar, después de pasar un día en la isla de Brac nos recompensó con un bonus extra, una inolvidable puesta de sol primaveral, de tonos mixtos anaranjados, amarillentos y rojizos, que se cernían sobre el paisaje montañoso del litoral dálmata mientras al fondo se recortaban la siluetas de otros ferries surcando las aguas plácidas del Adriático. Un imagen inolvidable para soñar con una pronta vuelta al mar de Croacia.
Delfín
4 de agosto de 2022Muy buen artículo. Lo he seguido fielmente y la familia se ha quedado supercontenta del tour. Enhorabuena por el trabajo de redacción y de campo.
Vesna Goic Kusanovic
4 de agosto de 2022Muy buena explicación.