Cierra los ojos e imagínate en una pequeña localidad enclavada en una isla, totalmente empedrada, de calles estrechas y tortuosas, con su majestuosa catedral y con sus lujosos palacios nobiliarios. Es la ciudad medieval más antigua de Croacia y no es Dubrovnik, que es la que casi todos identificamos con ese país mediterráneo. Te hablo de otro lugar que parece salido de una película sobre el rey Arturo, Robin Hood o el Cid Campeador, pero en versión croata, claro. Es Trogir, un encanto medieval en el litoral del mar Adriático croata.
Texto y fotos: José Carlos Pozo
A solo 27 km al oeste de Split, al lado del aeropuerto, se emplaza la primitiva isla-ciudad de Trogir, de apenas 1km², que está unida a sus otras áreas urbanas más modernas por dos puentes. Su casco histórico es un entramado laberíntico de calles y callejones que a veces dan a parar a pequeñas plazuelas, otras conectan con la plaza principal de la catedral de San Lorenzo y otras desembocan en La Riva local, es decir, el espléndido y animado paseo marítimo, en el que no faltan los veleros turísticos que recorren el litoral croata y los yates de los ricachones que hacen escala en esta pintoresca localidad.
Es verdad que Trogir está muy masificada turísticamente dada sus reducidas dimensiones (a principios de junio la recorrimos sin agobios, pero nos contó la gente local que en pleno verano es un hervidero humano). Se puede ver tranquilamente en unas 3h, incluso si te sientas a almorzar o cenar en alguno de sus muchos restaurantes o si entras a curiosear en las también abundantes tiendas de souvenirs o de productos locales como aceite, vino o jabón de lavanda.
Otra ciudad croata de Juego de Tronos
Por supuesto que puedes echar más tiempo en Trogir si lo combinas con un paseo en barco hasta alguna isla cercana. Por cierto, si eres fan de la serie Juego de Tronos, quizás te suene el puerto de Trogir, ya que en la segunda temporada representaba el puerto mercantil de la ciudad de Qarth, lugar donde unos brujos habían encarcelado a los dragones de Khaleesi. Croacia es uno de los principales escenarios en la afamada serie de aventuras, país en el que se filmaron escenas en Dubrovnik o en Klis, al lado de Split.
En cualquier caso, sería casi un “pecado turístico” olvidarse, ignorar o descartar la visita a Trogir si recorres la costa croata pasando por Split. Nosotros llegamos en autobús y decidimos perdernos sin rumbo fijo.
Lo primero que llama la atención es lo bien conservada que está la ciudad. No es de extrañar que Trogir fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Si bien su estructura urbana es claramente medieval, con la Catedral de San Lorenzo del siglo XIII o el Ayuntamiento del siglo XV, combina también los estilos renacentista y barroco en muchos de sus edificios. Hay que tener en cuenta que Trogir formó parte del ducado de Venecia durante cuatrocientos años; de ahí su influencia italiana. Más tarde pasó a manos de los franceses de Napoleón, de los austrohúngaros, de los italianos y finalmente como parte del nuevo Estado croata surgido tras la desintegración de la antigua Yugoslavia.
La catedral, la Riva y el castillo
Amén de la catedral, en la que sobresale su pórtico románico magníficamente labrado y su campanario de 47 metros de altura, en la plaza principal de Trogir se hallan otros dos monumentos principales, el Palacio Cipico y el Palacio Ducal, reconvertido en el ayuntamiento en el siglo XIX. Muy cerca se hallan los monasterios de San Nicolás y de Santo Domingo.
En verdad, todo está a dos pasos en Trogir, como La Riva, nombre con el que los croatas denominan a sus paseos marítimos. Evidentemente es más pequeña que La Riva de Split, pero también es ancha y cargada de encanto. Hay muchos restaurantes y bares, que sin ser muy costosos permiten disfrutar de unas espléndidas vistas de los barcos que atracan en la ciudad. Al final del paseo marítimo se llega al que fuera el punto defensivo más importante de la ciudad. Es el Castillo de Karmalengo. Construido por los venecianos para proteger la ciudad de las incursiones turcas, servía de residencia también al recaudador de impuestos y administrador de los bienes de la Iglesia católica (en español se escribe carmalengo).
Si te alojas en Trogir o dejas la ciudad bien entrada la noche, un buen colofón de tu visita será contemplar la puesta de sol desde el torreón del castillo o simplemente tomando un café o una copa de vino en cualquier terraza de La Riva.
Cómo llegar a Trogir
Para ir en coche desde Split hay que hacerlo por la carretera D-58, que va paralela a la costa. Como Trogir es muy pequeño y el centro histórico es peatonal, lo ideal es aparcar en el párking cercano al puente de madera. No obstante, en temporada alta puede ser casi misión imposible si no llegas bien temprano.
La forma más fácil y barata es en autobús desde Split. Hay dos o tres autobuses a la hora que salen de la estación de autobuses Sukoisan, a 1 km del centro histórico de Split. El primero sale a las 5h de la mañana y el último a las 21h. El billete sencillo de un trayecto cuesta 21 kunas (casi 3 euros). Hay descuentos para estudiantes, niños y jubilados.