En la antigüedad se creía que el fin del mundo acababa en el Cabo de San Vicente, en el extremo más suroccidental de Portugal, en esa región que luego los árabes denominaron -con gran acierto- Al Gharb, tierra por donde se pone el sol. El Algarve más occidental es un refugio medioambiental que ha logrado escapar al turismo masivo y a la especulación urbanística de las costas más cercanas a la frontera española, cuyos ejemplos más nefastos son Albufeira o Portimão. En esta otra ruta alternativa, desde Lagos hasta Odeceixe, he descubierto acantilados de vértigo, he admirado puestas de sol imborrables, me he tumbado en calitas recónditas y salvajes, he degustado la deliciosa gastronomía portuguesa en pueblitos marinos y he visto decenas de surfistas cabalgando sobre las olas. Esta es solo una pequeña selección de 7 playas inolvidables del Algarve más hermoso.
Texto y fotos: José Carlos Pozo
Playa de Dona Ana (Lagos)
Lagos presume de tener una de las playas más fotografiadas del Algarve. Y no es para menos, porque cuando llegues al mirador que hay entre las dos calitas que separan esta playa de postal, te quedarás absorto ante tanta belleza natural. Encajonada entre grutas y acantilados rocosos, la Playa de Dona Ana resalta también por el color turquesa del agua y por su arena fina. En esta y en otras playas circundantes puedes alquilar barcas o kayaks para adentrarte por las cuevas naturales que hay entre los acantilados. Puedes bajar a la playa y al chiringuito por unas escaleras de madera. Es una pena que este lugar idílico quede afeado por unos grafitis sobre las rocas y por un hotel de escaso mérito estético en sus inmediaciones.
Playa de Ponta da Piedade (Lagos)
Otro paisaje marino de espectacular belleza en Lagos es la Ponta de Piedade. Debido a la erosión marina, con el paso del tiempo entre sus altísimos acantilados se han creado grutas y figuras majestuosas de rocas sobre el mar. Admito que subir y bajar los 200 escalones que hay entre el faro y el embarcadero me costó un poquito, pero verdaderamente vale la pena admirar de cerca esas aguas cristalinas de color verdoso e incluso alquilar una barca de pescadores (entre 12-18 euros / hora) con la que podrás inspeccionar las playas cercanas, como la de Dona Ana.
Playa de Salema
Si buscas relax y tranquilidad en una playa más amplia y menos rocosa, te recomiendo que vayas al pueblo pesquero de Salema. Es una playa coqueta y familiar de bandera azul que al oeste acaba en una sucesión de piedras de algas verdes. Aunque los turistas han colonizado sus escasos restaurantes y pequeños apartahoteles, conserva el ambiente sencillo de las aldeas portuguesas. Verás a los ancianos charlando bajo la sombra junto a los tractores, mientras los pescadores salen al mar a faenar.
Playa de Zavial (Raposeira)
En los dominios de la aldea de Raposeira existe una playa bastante recóndita a la que se llega por un camino de tierra. Al final, al girar una curva, te encontrarás en un parking sorprendentemente asfaltado junto a un chiringuito bien acondicionado. Lo primero que seguramente te apetecerá es tomar algo deleitándote frente a una bahía de rocas llamativamente verdes. Esta zona costera se ha quedado sin arena debido a la fuerza de las mareas, pero caminando un poco hacia la izquierda por entre las piedras podrás tumbarte en una calita arenosa e íntima sin pocos vecinos a tu alrededor. También puedes escalar el acantilado por encima del restaurante y disfrutar de una panorámica inigualable de este litoral escarpado y verdoso.
Playa de Beliche (Sagres) y Cabo de San Vicente
A un par de kilómetros del pueblo de Sagres, en dirección al Cabo de San Vicente y tras pasar un camping, se halla una de las playas surferas por excelencia del Algarve. Ubicada en una ensenada en cuyas rocas las olas han excavado cuevas naturales, congrega también a muchos nudistas y a contempladores pasajeros de puestas de sol mágicas sobre los altos acantilados que rodean el cabo vicentino. Eso sí, te recomiendo que bajes a esta cala ligerito de equipaje y sin niños porque luego se te hará un suplicio subir 160 escalones bastante empinados. Pero llévate las bebidas y algún bocadillo, porque del antiguo chiringuito sólo quedan sus ruinas. El oleaje se lo llevó por delante.
Sin embargo, el atardecer más famoso del sur de Portugal es el del Cabo de San Vicente. Siguiendo esa carretera que viene de Sagres y que pasa por la playa de Beliche, llegarás a un faro, donde a última hora de la tarde los curiosos se agolpan por entre los acantilados circundantes. Aunque el viento sopla normalmente con inusitada fuerza (es aconsejable llevar un chaleco o rebeca incluso en verano), casi todos esperan ansiosos ese momento fascinante cuando el sol se hunde en pleno Océano Atlántico. Luego algunos rompen a aplaudir.
Playa de Bordeira (Carrapateira)
El mayor atractivo de la costa vicentina que sube hacia el norte es que sus playas son aún vírgenes. Son kilómetros y kilómetros de arena suave desprovistas de torres de hoteles y apartamentos. En el término municipal del pequeño pueblo de Carrapateira te toparás con otra de las mecas surfistas del Algarve. La Playa de Bordeira está conquistada por numerosos profesionales de buscar las olas perfectas, que viajan en sus características furgonetas y caravanas. Como construcciones, en esta playa sólo verás un chiringuito y una escuela de surf, ambas de madera. La playa no es exclusiva para los surfistas, así que no dudes en plantar tu toalla en la arena y relajarte plácidamente.
Playa de Odeceixe
Boquiabierto y sin palabras. Así te quedarás seguramente cuando admires desde lo alto la hermosa ensenada de Odeceixe. El enorme arenal que se abre entre los acantilados está partido en dos por la desembocadura del río Seixe. Es una playa tranquila y familiar, pero un poco más hacia el sur, en la Playa de las Adegas, se congregan los nudistas cuando la marea es baja. Estas playas pertenecen al municipio de Odeceixe, que personalmente carece de interés turístico. Sin embargo, sólo por ver sus playas vale la pena llegar a esta zona situada en los límites de las regiones del Algarve y el Alentejo.
Julio González Sorensen
16 de mayo de 2014Que bueno! me lo guardo en favoritos para la próxima vez que vaya!
Jose Carlos Pozo
16 de mayo de 2014Gracias, Julio. Nos alegra que te resulte útil. Por cierto, tú que eres un amante del Sudeste asiático, te avisamos que pronto publicaremos un post sobre una ruta en bicicleta por el sur de Tailandia que ha hecho en persona uno de nuestros colaboradores habituales.
Inma
16 de mayo de 2014Solo conozco un poco del norte de Portugal, pero me acaban de dar unas ganas de visitar el sur… 🙂 Especialmente, la de Ponta Da Piedade
Jose Carlos Pozo
16 de mayo de 2014Inma, te aconsejo que te alojes en Lagos y de ahí vayas recorriendo las diferentes calas y pueblitos que hay por la costa suroeste, que es más interesante que la sureste (más llena de aparthoteles y construcciones horribles).