El primer día que llego a una ciudad, si tengo la oportunidad, me subo a una torre a observarla. En Burdeos está la Torre Pey Berland: 231 escaleras y la ciudad queda a vista de pájaro. La Explanada de Quinconces, la Place de la Bourse con su Miroir d’eau, la Fuente de Trois Graces y, por supuesto, el río Garona, hacen del agua un componente imprescindible de la ciudad. Aquí comienza un viaje apasionante por el sur de Francia, desde el Océano Atlántico al Mar Mediterráneo, tomando como referencia el Canal de Midi, una grandiosa obra de ingeniería construida en el siglo XVII.
Fotos y texto: Amaia Hodge / www.amaiahodge.wix.com/photo
A 65 kilómetros de Burdeos se encuentra Arcachon, considerada por los parisinos “la estación balnearia de Francia”. Pero mi destino era la Gran Duna de Pyla, en la bahía de Arcachon. 154 peldaños y casi 3 kilómetros de duna. A tu izquierda se divisa un verde pinar de Las Landas. Por el contrario, si miras hacia la derecha te encuentras con un azul intenso, propio del Océano Atlántico.
Montpellier y Narbona
Con Burdeos en mi retina, me esperaba, a casi 500 kilómetros de tren, la ciudad de Montpellier. Ciudad con una arquitectura mucho más joven, está inundada de parques y jardines, como el Jardín des Plantes o la Promenade Royale, donde se encuentra el acueducto de Saint Clement. Desde estos jardines se puede disfrutar del ocaso del sol y contemplar una panorámica de la ciudad. No me podía ir de Montpellier sin pasear por el barrio de Antigone, diseñado por el arquitecto catalán Ricardo Boffil. Siendo una arquitectura de inspiración griega, no le podían faltan sus esculturas.
Montpellier no tiene playa, pero a escasa media hora se encuentra La Grande Motte. Es un lugar agradable para pasar un día en una de las playas más bonitas de la región del Languedoc. Tiene kilómetros de arena fina y edificios modernos de apartamentos de verano.
Bordeando la costa, llegué a Narbona, ciudad recorrida por el Canal de la Robine. Resulta agradable perderte por sus callejuelas, así como entrar en el patio interior de la Catedral de Saint-Just y Saint-Pasteur. En la Place de l’Hôtel de Ville (la plaza del ayuntamiento) se conserva parte de La Vía Domitia, la primera calzada romana construida en la Galia.
A menos de media hora de Narbona está Gruissan, un antiguo pueblo de pescadores y viticultores. Antes de pasar un rato en la playa, merece la pena dar un paseo hasta la Torre de Barberousse y contemplar las panorámicas del pueblo, junto al puerto y las salinas.
Carcasona y Toulouse
Aproximándome al Canal du Midi, que junto con el de Garonne, forman el Canal de los Dos Mares (Atlántico y Mediterráneo), recalé en la ciudad de Carcasona, uno de los centros turísticos más visitados de Francia. Merece la pena entrar en el castillo, adentrarse en su historia a través de los audiovisuales, así como pasear por el interior de sus torres. A su salida, lo mejor es perderse por sus callejuelas llenas de tradicionales tiendas.
Merece la pena alquilar una bicicleta, cerca de la estación de tren SNCF y pasear a lo largo del Canal du Midi en bicicleta. Es un agradable paseo con vistas maravillosas.
Siguiendo el cauce del Canal du Midi, arribé a Toulouse. Uno de los edificios que más impresión me causó a lo largo de este viaje fue el Convento de los Jacobinos. Posee altas columnas con un espejo situado bajo “La Palmera” para poder apreciar con todo detalle el techo.
A pesar de que el Canal du Midi atraviesa Toulouse, el protagonismo de la ciudad lo tiene el río Garona. En la Place de la Daurade, a orillas de este río, se reúnen los jóvenes de la ciudad creando un ambiente agradable.
Y para terminar mi viaje, a una hora de Toulouse, me dirigí a la ciudad de Albi. Sólo por visitar por fuera y por dentro la catedral de Santa Cecilia merece la pena. Se caracteriza por las impresionantes pinturas de sus paredes y bóvedas. Es la mayor catedral de ladrillo del mundo: 113 metros de largo por 35 metros de ancho.
En total han sido más de 1.700 kilómetros en 15 días. Más de 2.000 fotografías para el recuerdo. Y con ganas de volver para seguir descubriendo nuevos rincones de la ciudad de Toulouse.
Nad
4 de septiembre de 2012Esta es mi region,,, he vivido mas de 20 anos entre Albi, Tolosa y Carcasona. Es una maravilla de tener paisaje tan bonitos y monumentos de excepcion. Tambien se nota la simpatia de la gente y la proximidad del mar como de la montana. La Duna del Pila es el lugar que no se debe perder cuando se viaja por alli ! Gracias por este articulo, espero que muchos espagnoles seguiran a visitar el Sur de Francia !
Amaia Hodge
4 de septiembre de 2012Muchísimas gracias por tus palabras
Mi lista molona de viajes para 2013.
4 de septiembre de 2012[…] Toulouse: me encantó.* […]
¿Qué tiene Burdeos que tanto me atrae?
4 de septiembre de 2012[…] un destino al que me gusta ir asiduamente. Puede ser para recorrer el sur de Francia, esto es, para viajar por el Canal de los Dos Mares; o también puede ser para descubrir el arte urbano de París. Pero siento una debilidad especial […]