Ruta cicloturista por el sur de Tailandia

Si quieres escapar del gélido invierno y seguir pedaleando, no se me ocurre mejor destino que Tailandia. Entre los meses de noviembre a febrero el clima es inmejorable; la comida es variada, económica, fresca y exquisita; los lugareños son increíblemente amables en las zonas rurales; este país del Sudeste asiático tiene una extraordinaria riqueza natural; y hay buenas carreteras que están poco transitadas. Es un país muy fácil para viajar. De esta extraordinaria experiencia que he vivido, junto a mi compañero Miguel Ángel Jiménez, me gustaría compartir una lista de consejos para hacer cicloturismo en Tailandia o también por otros lugares del mundo. 

Texto y fotos: Antonio Cebrero

En general, Tailandia es un país cómodo para viajar en bicicleta. Posee carreteras rurales y caminos en buen estado, con muy poco tránsito de coches, en los que además siempre se encuentra alguna pequeña tienda donde comprar agua y comida cada pocos kilómetros. Una de las impresiones que te llevarás del viaje es la amabilidad de los tailandeses. No faltarán personas que te saluden y te brinden una sonrisa. Además, podrás disfrutar de los preciosos paisajes que verás pedaleando, tanto de sus playas como de las selvas interiores que atravesarás. Sin embargo, puede ser complicado encontrar un taller en caso de avería, sobre todo cuando se busca. Por lo tanto, es aconsejable llevar los repuestos imprescindibles como un par de cámaras, frenos, herramientas, etc. La ruta cicloturista que hicimos puedes verla en este mapa de las playas del sur de Tailandia.

Las puestas de sol en las playas tailandesas son inolvidables

Equipamiento y la Planificación: Consejos previos  

1. Salud. Mantén una buena salud y resistencia física.

2. Entrenamiento. Entrena con asiduidad antes de emprender una aventura en bicicleta en otro lugar del mundo. 

3. Planificación. Planea bien las etapas y los descansos.

4. Época del año. No hagas la ruta en época de lluvias monzónicas (entre mayo y octubre) o en épocas de mucho calor (entre marzo y mayo). Los mejores meses son entre noviembre y marzo.

5. Peso en la bici. Lleva poco peso en la bici: un pequeño botiquín, protector solar, agua suficiente y ropa ligera.

6. Bolsos. Para transportar cosas en la bicicleta usa alforjas preferiblemente impermeables y transportín sólido.

7. Ropa. Lleva algo de abrigo para el aire acondicionado de los aviones, autobuses y trenes. Sería conveniente que en tu equipaje echaras también un cubrecolchón o saco tipo momia.

9. Cámara de fotos. Para recoger las maravillas del paisaje rural y urbano no puedes olvidarte de tu cámara o móvil. Protégela del calor con bolsa isotérmica acolchada para que no se caliente con el intenso sol.

10. Calzado. Lleva calzado de descanso y chanclas para la ducha.

Embalar la bicicleta: Consejos para el avión

Si la bicicleta no llega al aeropuerto en buenas condiciones, poco podrás hacer además de presentar la pertinente reclamación. Para evitarlo en la medida de lo posible, embalar bien la bicicleta para el avión es fundamental. Sigue, al menos, estas mínimas pautas de protección:

1. Haz caso a todas las especificaciones de peso y de medidas que indica cada compañía aérea.

2. Pon la cadena en plato pequeño y piñón grande para que el mecanismo de cambio quede protegido lo más adentro posible.

3. Protege las zonas más delicadas con plástico de burbuja.

4. Luego embala toda la bicicleta con el manillar, el sillín y la rueda delantera desmontada.

Durante la ruta cicloturista: Consejos generales

1. Reserva energías. Son muchas horas al día las que se pasan pedaleando, así que tómatelo con calma. Un cicloturista sabe que debe pedalear con cadencia e ir reservando energías. Como dice el refrán, “el hueso puede ser duro pero el perro no tiene prisa”. El camino es largo, por lo que debes aprender a descansar. No te pases desayunando. Es mejor desayunar poquito y luego hacer paradas a lo largo de la mañana para picar. Así mantienes un nivel de glucosa más uniforme.

2. Bebe continuamente. No esperes a beber hasta que tengas sed. La hidratación es fundamental para rendir (y mantener el buen humor).

3. No tengas planes de ruta rígidos. Para ante cualquier contratiempo que surja. El camino te irá dando lo que necesites y con paciencia los kilómetros irán quedando atrás.

4. Viaja en grupos reducidos. El número ideal de personas para viajar en bicicleta sería cuatro, aunque lo malo es que es más difícil que todos vayan al mismo ritmo y que su idea de viaje sea la misma. Hay que considerar que el objetivo de un viaje cicloturista es distinto para cada uno. Lo bueno es que yendo en grupitos nadie se quedaría solo para vigilar las bicis mientras otros visitan un monumento.

Teniendo en cuenta estos 7 consejos para viajar solo sigo pensando que en solitario es mucho mejor. Lógicamente podrías tener problemas en tu recorrido. No obstante, hoy en día tenemos un aliado magnífico: el teléfono móvil. En solitario evitas las peleas innecesarias, decides tú siempre, no hay que adaptarse a nadie, es más fácil que encuentres albergue y que te dejen llevar la bici en el autobús. También vas más abierto a todo lo que te rodea y a conocer gente.

Los contratiempos del camino: consejos

Nada nuevo se puede decir sobre los inconvenientes que cualquier cicloturista puede encontrar en el camino, pero tampoco nada que no merezca recordarse. Los peores enemigos son:

1. La deshidratación. Para la deshidratación, solo hay un medio: agua, agua y más agua embotellada.

2. El viento en contra. Para el viento en contra, hacen falta buenas piernas, de ahí la necesidad de tener una buena preparación previa.  Por esta zona de Tailandia el viento normalmente va en dirección norte-sur, que es justo la dirección contraria a la que llevábamos nosotros por culpa de nuestra “mala cabeza”.

3. Los insectos kamikazes. No olvides llevarte buenas gafas protectoras.

4. Los perros que odian las bicis. Los perros tai son los mejores amigos del hombre, pero no son amigos de las bicicletas. Nada más ver una se sienten irresistiblemente atraídos por las dos ruedas. Hay que tomar precauciones, ya que los perros tai no van al veterinario y están bastante asilvestrados. Uno llegó a morder una de mis alforjas en la persecución. Por suerte era cuesta abajo. Siempre hay que salir pitando. Si esto falla, no dudes en coger una piedra o echarle un buen chorro de agua de la botella.