España puede presumir de monumentos, fiestas, jamón, sol y también, como no, de playas. Con casi 8.000 km de costa, repartidos entre el territorio peninsular, las Islas Baleares, las Islas Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, es el país europeo líder en playas con banderas azules (681 en 2014). Por la diversidad y belleza de sus acantilados, playas arenosas o calitas; por sus puertos deportivos; por el surf; por sus hoteles de playa… Son muchas las razones para enamorarse de las costas españolas. Así, no es de extrañar que sea el destino de sol y playa preferido en Europa.
Texto: José Carlos Pozo
España es, en esencia, un país playero, cuyos habitantes adoran vivir cerca de la costa, sueñan con tener una casa junto al mar o simplemente piensan en pasar las vacaciones tumbados en la hamaca del chiringuito. Las principales costas españolas para las vacaciones cuentan con más de 3.000 playas, que van desde el Mar Cantábrico en el País Vasco hasta el Mediterráneo en la Costa Brava catalana, pasando por la zona atlántica de Andalucía y los archipiélagos balear y canario. He aquí solo 7 razones para enamorarse de las costas españolas:
Por sus playas urbanas
¿Quién no se enamoraría de la Playa de La Concha en San Sebastián o la Playa de La Caleta en Cádiz? Son solo dos ejemplos de las numerosas playas que enmarcan y dan una belleza única al paisaje urbano de muchas ciudades costeras de España.
Por sus playas vírgenes
Aunque en los últimos años el urbanismo salvaje ha deteriorado bastante las costas españolas, sigue habiendo muchas playas salvajes, protegidas, alejadas de los núcleos urbanos, adonde escaparse del turismo masivo, como las playas de dunas de Maspalomas (Gran Canaria) o las playas de Mazagón en el Coto de Doñana (Huelva).
Por sus playas nudistas
El naturismo playero se practica con total naturalidad y libertad en España. De hecho, casi todos los municipios costeros habilitan una o varias playas para los amantes del nudismo. Con un tercio de sus playas frecuentadas por amantes de ir como Dios los trajo al mundo, Canarias lidera el ranking español de playas nudistas. La más emblemática, por su extensión, es la Playa de Cofete en Fuerteventura. Otra playa nudista archiconocida, por su infraestructura hotelera para nudistas, es la Playa de Vera en Almería.
Por sus calitas
Aunque todo el litoral español goza de estas pequeñas playas rodeadas de rocas o acantilados, como La Cala de Mijas (Málaga), las más conocidas son las calas de las Islas Baleares. Llegar a ellas puede resultar difícil, porque no suelen tener carreteras de acceso y hay que andar un poquitín, pero la recompensa es inigualable. En lugares como la Cala Pregonda en Menorca te encontrarás con aguas cristalinas ideales para hacer buceo.
Por el surf y el windsurf
Para cabalgar las olas los surfistas disponen de infinidad de enclaves en el norte, como la Playa de Mundaka en Vizcaya o la Playa de La Lanzada en O Grove (Pontevedra); en Canarias como la Playa del Quemao en Lanzarote. En el sur se encuentra Tarifa (Cádiz), convertida en la capital española del windsurf y del kitesurf gracias a los constantes vientos que soplan en el Estrecho de Gibraltar.
Por sus acantilados
Los acantilados españoles no tienen nada que envidiar a los famosos acantilados de Moher (Irlanda) o Conachair (Escocia). Quizás las estampas más alucinantes del litoral español se encuentran en el Mar Cantábrico y en la costa gallega por sus acantilados recortados, sus rías y sus verdes campiñas, como la Playa de las Catedrales en Lugo. Sin embargo, tampoco podemos olvidar otros macizos costeros como el Cabo de Gata en Almería o el Cabo de Creus en la Costa Brava. Desde cualquiera de estos puntos obtendrás unas vistas espectaculares de la costa circundante.
Por sus paseos marítimos
En su mayoría las playas españolas están limpias y bien acondicionadas para el baño. Conscientes de su atractivo turístico, los ayuntamientos costeros invierten cada año buenas sumas de dinero en arreglar los paseos marítimos y en dotar de los servicios necesarios, como socorristas, baños o duchas. Además, si hay algo que no falta en España son los chiringuitos a pie de playa. Dos buenos ejemplos son el Paseo Marítimo de La Coruña, con 13 km, o el Paseo Marítimo de Fuengirola (Málaga), con 7 km.
Por sus castillos
Reminiscencias del rico pasado español, que nos retrotraen a las épocas de las invasiones árabes, las incursiones de corsarios o los ataques de la Armada inglesa, los castillos confieren un toque hermoso y nostálgico a las costas españolas, como es el caso del castillo de Tossa de Mar (Gerona) o el castillo de Peníscola (Castellón). Gracias a su posición privilegiada, son miradores envidiables desde los que contemplar el entorno.
Por sus puertos
España es uno de los principales destinos para los cruceros que surcan el Mediterráneo, haciendo escala fundamentalmente en Barcelona, Palma de Mallorca, Valencia y Málaga. Además, casi todas las localidades turísticas costeras cuentan con uno o más puertos deportivos. Algunos son auténticas atracciones en sí mismas, no sólo por los grandes yates que atracan en sus modernas instalaciones, sino también por la oferta complementaria de lujo a su alrededor: boutiques de moda, relojerías, perfumerías, restaurantes caros, concesionarios de alta gama, etc. El paradigma del glamour es Puerto Banús en Marbella.
Por sus hoteles de playa
Hay hoteles para todos los gustos y para todos los bolsillos. A igual número de estrellas los hoteles de playa en España son mucho más baratos y ofrecen más servicios que, por ejemplo, los de países vecinos como Francia e Italia. Es otro factor determinante para que los turistas extranjeros se decanten por sus costas y llenen año tras año los hoteles de ciudades costeras como Benidorm, Torremolinos o Ibiza.
España es, pues, un país privilegiado en lo que se refiere a sus costas. Son tantos los argumentos a su favor que no hace falta marcharse a destinos lejanos del Caribe o de Asia para disfrutar plenamente de la playa y del mar a poca distancia de casa.