UN PASEÍTO LUMINOSO POR MÁLAGA Y SEVILLA
Admito que la Navidad es un período del año que me apasiona poco: por el afán consumista pese a la crisis; por las bullas callejeras; por el sofocón que me llevo en enero al comprobar la bajada que sufre mi cuenta bancaria; por las comilonas irrechazables con familiares, amigos, compañeros de curro y los grupos más dispares con los que uno tenga relación, desde la asociación de vecinos hasta el club de petanca; por el mensaje del Rey; por los anuncios de perfumes; etc. Sí, amigos, la Navidad es un COÑAZO en mayúsculas. Si pudiera permitírmelo, me largaría cada año a un lugar diferente del mundo, a ser posible al Hemisferio Sur donde disfrutan ahora del verano.
Texto: José Carlos Pozo
Fotos: J. C. Pozo y Daria Kalmykova
A pesar de todo, reconozco que siento una innegable fascinación por cómo se transforman y se decoran nuestros pueblos y ciudades cuando llegan estas fechas gracias al alumbrado navideño. Según varias organizaciones, este año los ayuntamientos españoles han reducido el coste de estas luces decorativas en un 18%, en muchos casos limitando las instalaciones eléctricas y, en otros, con soluciones ingeniosas, como en Mijas (Málaga), donde los vecinos han iluminado los árboles que decoran sus plazas principales con materiales reciclados. Una actitud, sin duda, loable para no derrochar el dinero público y, sin embargo, seguir disfrutando del espíritu navideño, sobre todo en estos momentos en que nos recuerdan a todas horas que estamos en crisis.
Como un tonto con su piruleta en la feria, durante estos días festivos he paseado con mi cámara réflex a cuestas -menos mal que mi novia me ha ayudado a cargar con el trípode- por varias localidades de Andalucía para captar imágenes de luces navideñas. Por algunas fotos que comparto en este post, comprobaréis que me pirran las estelas que dejan los vehículos cuando la cámara consigue congelar el movimiento mientras se encuadra un monumento, una calle o un árbol profusamente decorado de luces navideñas.